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“LAS TRAVESURAS DE MI INFANCIA.”
El niño pequeño, vive el mundo de la fantasía, yo, apenas había cumplido tres años, allá por 1950, me costó una fuerte penqueada de mi mama, por ser travieso. Me gustaba jugar de constructor de puentes y de casas, con Mauricio Cerón, otro niño inventor de travesuras vecino. Fue una mañana, que por detrás de la casa, en silencito, yo estaba haciendo un puente con lodo y piedrecitas, donde pasaría mi camioncito de madera que me habían regalado por la navidad.
Construí una callecita o carretera y por debajo del puente un rio. Como en el rio no pasaba agua, me invente quitarle agua a mi mama de los cantaros para echarle al cauce del rio y que le pasara agua por debajo del puente. Hasta ahí, todo marchaba muy bien, porque mi mama no se había fijado ni se había dado cuenta, además, tuve la idea que cerca del puente habían casitas donde Vivian gentes y comencé a construir casas con lodo y maderitas con techo de tejos, muñequitos de lodo era la gente, de las casitas. todo me había salido muy bien, pero yo quería hacer varias casitas y cada vez que hacia lodo le quitaba agua del cántaro a mi mama a tal manera que los cantaros cada vez, se le terminaba el agua y mi mama al final, se fijo que ya no tenía agua, tomo un chilio, y me dio una fuerte chilillada, pero yo no me detuve haciendo casa, llorando, llorando, continué, pero como ya no tenía agua, invente que con mi orín, haría más lodo y fui haciendo más casitas, pero mi mama volvió a vigilarme y se dio cuenta, cómo es que yo, hacia el lodo y esta vez sí fuerte la panqueada y ya nunca volví hacer casas.
Prof. José Domingo García.
Construí una callecita o carretera y por debajo del puente un rio. Como en el rio no pasaba agua, me invente quitarle agua a mi mama de los cantaros para echarle al cauce del rio y que le pasara agua por debajo del puente. Hasta ahí, todo marchaba muy bien, porque mi mama no se había fijado ni se había dado cuenta, además, tuve la idea que cerca del puente habían casitas donde Vivian gentes y comencé a construir casas con lodo y maderitas con techo de tejos, muñequitos de lodo era la gente, de las casitas. todo me había salido muy bien, pero yo quería hacer varias casitas y cada vez que hacia lodo le quitaba agua del cántaro a mi mama a tal manera que los cantaros cada vez, se le terminaba el agua y mi mama al final, se fijo que ya no tenía agua, tomo un chilio, y me dio una fuerte chilillada, pero yo no me detuve haciendo casa, llorando, llorando, continué, pero como ya no tenía agua, invente que con mi orín, haría más lodo y fui haciendo más casitas, pero mi mama volvió a vigilarme y se dio cuenta, cómo es que yo, hacia el lodo y esta vez sí fuerte la panqueada y ya nunca volví hacer casas.
Prof. José Domingo García.
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